Después de descubrir el misterio del robo de la estrella, hoy hemos sometido a un duro juicio al Rey.
Pero, ¡oh sorpresa!, el Rey nos ha descubierto y acusado de algunas “trastadas” que a lo largo de estos días hemos realizado los distintos clanes. En el fondo, nos ha enseñado que todos cometemos fallos y que lo importante es reconocerlo para mejorar.
El castigo no ha sido demasiado duro, un buen chapuzón en la piscina, del cual no se ha librado ni el propio Rey.