¡Hola campamenter@s!

Hoy estamos tristes porque la aventura se acaba, pero también nos hemos levantado con ganas de ver, abrazar a nuestras familias y contarles todo lo que hemos vivido en Alarcón. 

Nos despedimos con la carta que Sora le envía al Rey Mickey para hacer balance de lo aprendido. 

Querido Mickey:

Tenías razón. Ahora siento a mi corazón más fuerte que nunca, y a mis amigos muy cerca de mí. He encontrado todos los fragmentos de mi presente. Eran ellos.

La ambición de Buzz me llevó a soñar hasta el infinito y más allá. Con Luca y Alberto aprendí que la riqueza está en aquellas cosas que nos diferencian. Y ¡santa mozzarella! También hablar un poco de italiano. Vaiana me enseñó a escuchar a nuestra tierra, a conocer quién era de verdad, y a calmar los volcanes que llevamos dentro. La familia Madrigal me contagió su alegría cuando más lo necesitaba, me enseñó que las personas nunca mueren si siempre las recuerdas y que todos tenemos un don: el de hacer felices a los demás, queriendo al mundo como a nuestra propia familia.

Raya era reflejo de lucha y unión. Si estamos juntos, siempre quedará un último dragón que buscar cuando más perdidos estemos. Y la picardía con la que Jack afrontó las adversidades nos demostró que siempre hay que buscar el lado bueno de lo que nos pasa.

Nunca pensé que podría sentir tantas emociones a la vez. Gracias a ellas he podido ordenar mi mente para actuar de la manera correcta en cada momento. Miedo me mantuvo a salvo cuando el peligro acechaba, Asco hizo que mi mente y mi cuerpo no se envenenaran. Ira me ayudó a hacer las cosas de la manera más justa posible y Tristeza… bueno, ya he descubierto para qué servía. Estar triste y llorar sirve para deshacerte de los sentimientos que no podemos controlar. Y después de Tristeza, siempre llega Alegría. No podríamos vivir sin ella.

Nunca podré olvidar a todas aquellas personas que estuvieron protegiéndonos desde otro plano. Alisha, Sox, Giulia, Maui, Te Fiti, Isabela, Luisa, Bruno, Abuela, Sishu, Padre, Capitán Barbosa, Will. Gracias por dibujarnos el camino hacia la meta.

Rey Mickey, no podemos olvidarnos de los que nos han hecho sentirnos niños de nuevo. Su ilusión, su fuerza y sus ganas de avanzar nos han dado la energía suficiente para llegar hasta el final. Sin ellos no habría sido posible.

Cuánta razón tuvo mi familia cuando me empujó a cruzar esa puerta. Les he echado tanto de menos… Pero gracias a ellos he descubierto la luz en los corazones de cada persona que me ha acompañado.

Hoy vuelvo a casa, junto a mi hermana, pero un trocito de mi se queda en cada uno de vosotros. Hoy mi llave espada se apaga, esperando que una nueva aventura vuelva a comenzar, no olvidéis que la oscuridad es muy fácil de encontrar, pero que en ella se puede ver hasta la luz más pequeña. Quién sabe, igual la próxima elegida está entre nosotros.

Espero que volvamos a encontrarnos, pero si alguna vez llega el día en el que no podamos estar juntos, llevadme en vuestro corazón. Me quedaré ahí por siempre.

Fdo: Sora

¡Hasta el año que viene!